Categoría: Lugares
¿Por qué se utiliza la expresión «hacer la pelota»?
Frecuentemente utilizamos la expresión «hacer la pelota» cuando nos referimos a fingir admiración por una persona, usar halagos o cualquier cosa agraciada con el fin de conseguir algo de ésta.
Antiguamente se le llamaba «pelota» a la mujer del «pelote» o rufián que la explotaba y vivía de ella. Se decía «hacer la pelota» cuando alguien imitaba a la mujer del rufián, pero en el sentido de que la mujer pública finge amor y cariño a quien le paga para así satisfacerlo y conseguir mayores beneficios.
¿Por qué usamos pendientes?
Aunque los pendientes son utilizados por muchas mujeres para resaltar su rostro, cada vez más son usados por los hombres. Los primeros pendientes fueron encontrados en sepulturas de Iraq, en la Edad de bronce.
En sus orígenes los pendientes no eran utilizados como un fin decorativo sino como un amuleto para alejar a aspectos negativos como espíritus malignos o enfermedades, y además para atraer aspectos positivos de la vida.
Después de tanto tiempo, en el siglo XX se volvió a recuperar la costumbre de llevar pendientes. Al principio los llevaban las mujeres en sus orejas y más tarde en otros como en la nariz u ombligo, hasta llegar esa costumbre a los hombres.
¿Por qué tomamos doce uvas en Nochevieja?
Tomar doce uvas en Nochevieja es una tradición de origen española, y expandida a otros países hispoamericanos como México y Venezuela. Ésta tradición consiste en comerse doce uvas, una por cada campanada justo antes de las 12 de la noche del 31 de diciembre (Nochevieja). Son doce uvas, una por cada mes que tiene el año.
Ésta costumbre tiene su origen en el siglo XIX, por un excedente en la producción de uvas en Alicante y Murcia. Aunque no fue hasta 1895 cuando empezó a practicarse aún más, por la despedida que hizo el Presidente del Consejo de Ministros con uvas y champán.
El lugar tradicional para despedir el año en España es en La puerta del Sol (Madrid), aunque también en los ayuntamientos de las otras localidades del país.
Extrañas costumbres en Navidad
La Navidad se celebra de distintas maneras en los diferentes países del mundo, lo que para nosotros pueda resultar extrañas algunas costumbres adoptadas en los restantes países. Aquí se encuentran algunas extrañas tradiciones.
En Yugoslavia, dos semanas antes de que llegue la Navidad, los niños se acercan sin ningún ruido a la madre y le ata los pies gritando «Día de la madre, día de la madre, ¿qué nos darás para que te dejemos libre?» (en yugoslavo rima), cuando la madre es desatada le da regalos. A la semana siguiente los niños les hace lo mismo al padre, recibiendo de éste también más regalos.
En Noruega según una leyenda, las vísperas de navidad traen a espíritus diabólicos y brujas. Lo que en esas fechas, las familias de Noruega tienen como costumbre esconder las escobas antes de dormir, para evitar que alguna bruja coja alguna. Y los hombres salen a la calle a disparar al aire, ahuyentando así a los malos espíritus.
En la capital de Venezuela tienen la costumbre de ir temprano a misa de Navidad en patines, lo que antes de las ocho de la mañana se para el tráfico de coches. También es curioso que en la noche anterior, los niños atan un extremo de una cuerda al dedo gordo de su pie y el otro extremo por fuera de la ventana para que los patinadores más madrugadores les den un pequeño tirón.
Los árboles de navidad en Ucrania, son decorados de arañas y telarañas artificiales además, de los elementos comunes en otros países, dando suerte a la persona que las encuentra. Ésta tradición surge por una leyenda que nombra a una pobre viuda que no pudo pagar la decoración de su árbol de navidad, lo que hizo que buscara una araña para que le tejiera una telaraña para decorarlo.
¿Por qué a la Misa antes de Navidad se llama Misa del Gallo?
Como sabemos, la Misa del Gallo o Misa de Gallo es la misa que se celebra en la medianoche del día 24 de diciembre, recibiendo el día de Navidad en la propia misa para celebrar el nacimiento de Jesús.
Se empezó a denominar la misa del Gallo en el siglo V d.C, cuando el Papa Sixto III introdujo la costumbre de celebrar en Navidad una misa a medianoche «en seguida de cantar el gallo» en un pequeño oratorio llamado «ad praesepium». Los antiguos romanos llamaban el Canto del Gallo al comienzo del día, en la medianoche.
