Es normal ver como muchas tuberías se rompen durante la estación del invierno, y es que tiene que hacer mucho frío para que suceda.
Generalmente, todos los elementos se contraen cuando baja la temperatura, y el agua lo hace hasta los 4ºC. A partir de esta temperatura aumenta su volumen hasta que se hiela. Lo que, el agua al convertirse en hielo ocupa más espacio que si está en estado líquido.
Así cuando hace mucha frío, el agua que hay en las tuberías de las casas aumenta su volumen al congelarse y éstas resisten y revientan. Y no nos damos cuenta de ello hasta cuando se descongela el agua que hay dentro de las cañerías y empieza a filtrarse por los puntos donde se rompió.
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