Es muy frecuente observar a empleados municipales y operarios entre otros echando sal en ciertos lugares como aceras y carreteras cuando nieva. La sal se suele echar antes o después de que caiga una nevada, según lo prudente que uno sea.
Así si se echa sal antes de que nieve, se evita que la nieve que caiga cuaje en el suelo, haciendo que inmediatamente se convierta en líquido. Pero cuando la nieve cae de repente sin habernos dado tiempo en echar sal, se suele echar después de que haya nevado ya que así la nieve se derrite más fácilmente.
Esto se debe a que la sal o lo que es lo mismo el cloruro de sodio, causa que el hielo o la nieve se descongele muy rápidamente al mezclarse con éste, manteniéndolo en estado líquido hasta en muy bajas temperaturas. Ya que no llega a congelarse si no supera una temperatura de -21ºC, pudiéndose congelar solamente el agua a los 0ºC de temperatura.
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