Muchas flores nos transmiten aromáticos olores sobre todo en la primavera, así por ejemplo el perfume de las rosas es suave y el de los claveles más fresco.

Las flores nos regalan sus aromas porque contienen muchos tipos de sustancias volátiles, que son muy aromáticas, pero que además producen distintos perfumes dependiendo de la hora del día o de las condiciones ambientales. Estas sustancias aromatizadas están en muchas partes de la flor, como el pétalo o el polen. Son unas sustancias que al ser muy volátiles se evaporan muy fácilmente soltando su aroma en el ambiente.

Por desgracia, las flores cada vez liberan menos olor debido a la contaminación atmosférica. Hoy en día no llega a nuestro olfato la fragancia de las flores igual que siglos atrás, ya que las moléculas que producen el olor en la flor recorren ahora menos metros que antes. La contaminación atmosférica es un problema muy grave, ya no sólo evita que podamos disfrutar del aroma de las flores sino que es muy perjudicial para los insectos que necesitan el néctar para vivir entre otros.